viernes, 19 de diciembre de 2014

¡Mirad como andéis!!!

Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Efesios 5:15-16
¡Por éstas fechas, la gente se levanta en euforia de celebración!
La mayoría para tratar de simular una vida en concordancia con lo divino,  pero no en vano el apóstol Pablo  dice: "mirad como andéis".
Sin duda es un tiempo para reflexionar: Hoy día en medio de una sociedad pluralista y relativista,  las iglesias han adoptado la predicación del evangelio a los conceptos e ideas que la gente quiere, pero la vida cristiana no consiste en profesar una religión, es necesario ir más allá de la creencia racional, el apóstol nos advierte en el texto, que la fe debe conducirnos a un andar diario conforme a los principios y delineamientos que Dios pide de su pueblo, así que no hay que andar como necios sino como sabios, en este caso necio es todo aquel que celebra de acuerdo a las tradiciones y no conforme a lo que la palabra de Dios enseña; este tiempo como todos los tiempos del año, nos dará  la oportunidad por la gracia de Dios, de reflexionar acerca de como estamos andando en nuestra vida. la mejor celebración en esta época sera una celebración que se haga con todo el temor delante de Dios,  reconociendo que el hijo de Dios vino a este mundo a implantar el reino de  Dios en medio de nosotros, "y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado."Mat.3:2.  lo que Dios espera es que apreciemos el regalo de Dios y vivamos con diligencia no desperdiciando el tiempo. 

jueves, 18 de diciembre de 2014

"Mi amado es para mí un manojito de mirra"

"Mi amado es para mí un manojito de mirra". Cantares 1:13.

LA mirra bien puede ser elegida como la figura de Jesús por su preciosidad, su perfume, su gusto, sus cualidades con el sacrificio. Pero, ¿por qué se le compara a un " manojito " de mirra? En primer lugar, por su abundancia. Jesús no es una ramita de mirra, sino un cesto lleno; no una simple flor sino un manojo. Hay en Cristo lo suficiente para todas mis necesidades; que no demore yo en valerme de él. Nuestro bien amado es comparado además a un manojo, por su variedad. Hay en Cristo no sólo la "una cosa necesaria", sino que "en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente"; cada una de las cosas necesarias están en él. Considera a Jesús en sus diferentes caracteres y verás una maravillosa variedad: Profeta, Sacerdote, Rey, Esposo, Amigo, Pastor. Considéralo en su vida, en su muerte, en su resurrección, en su ascensión y en su segunda venida; míralo en su virtud, en su mansedumbre, en su negación de sí mismo, en su amor, en su debilidad, en su verdad, en su justicia; en cualquier cosa es un manojo de preciosidad.
     Jesús es un manojo de mirra para preservación; no mirra suelta que cae al suelo o es pisoteada, sino mirra en manojo, para ser puesta en el estuche. Debemos estimarlo como el mejor tesoro; debemos apreciar sus palabras y sus mandamientos, y por fin, debemos guardar, como bajo llave, los pensamientos y conocimientos que nos dió,  no sea que el diablo nos robe algo. Por otra parte, Jesús es un manojo de mirra, por su especialidad. El emblema sugiere la idea de gracia que distingue y discierne. Desde antes de la fundación del mundo, él fue apartado para su pueblo, y da su perfume sólo a los que entienden cómo entrar en comunión con él, para tener con él íntimas relaciones. ¡Oh, feliz el que puede decir: "Mi amado es para mí un manojito de mirra!"

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

lunes, 25 de agosto de 2014

La cabeza viva no admite miembros muertos



"No hay pensamiento con el que el hombre sea tan embrutecido y entontecido, ni sea tan pernicioso, como este: que una persona sin purificar, sin santificar su vida, pueda luego ser llevada al cielo, a un estado de bendición que consiste en el disfrute de Dios. Ni esa persona pueda gozar de Dios, ni para ella Dios seria como una recompensa. Sin duda, la santidad se perfecciona en el cielo, pero su origen se halla invariablemente en este mundo. A nadie conduce Dios al cielo si no ha sido antes santificado en la tierra. La Cabeza VIVA no admite miembros muertos"  ( John Owen )
 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: 
Sed santos, porque Yo soy Santo. 1Pedro: 1:15-16

lunes, 4 de agosto de 2014

Él bendecirá la morada de los justos.


Él bendecirá la morada de los justos.
Proverbios 3:33
El justo teme al Señor, y, por lo tanto, está
bajo la protección divina que se extiende hasta la techumbre
que cubre a su familia. Su casa es morada de amor, escuela de
sana educación, y hogar de luz divina. Es como un altar donde
se le rinde culto diario al nombre del Señor. Por esta razón Dios
bendice su morada. Tal vez ésta sea humilde choza o casa señorial:
mas la bendición del Señor desciende sobre ella, no a causa
de su grandeza, sino por el carácter de sus habitantes.
Esta casa es bendita cuando los esposos son
temerosos de Dios; empero el hijo o la hija, y hasta un criado
cristiano, pueden atraer las bendiciones sobre toda la casa. Muy
a menudo, el Señor guarda, prospera y bendice a una familia
porque en ella hay una o dos personas que son «justas» por la
gracia de Dios. Amados, tengamos a Jesús como huésped constante
en nuestra casa, como le tuvieron las hermanas de Betania,
y entonces seremos ciertamente bendecidos.
Procuremos ser justos en todas las cosas:
en nuestros negocios, en nuestro juicio sobre los demás, en nuestro
trato con el prójimo, en nuestro carácter personal. Un Dios
justo jamás podrá bendecir transacciones injustas.
C.H. Spurgeon

sábado, 19 de julio de 2014

Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón.




Por tanto, en él se alegrará nuestro
corazón, porque en su santo nombre
hemos confiado.
Salmos 33:21
Sobre la planta de la fe crece la flor del gozo
del corazón. Tal vez no nos alegremos al principio, mas a su
tiempo vendrá la alegría. Cuando estamos tristes, confiemos
en el Señor, y en tiempo oportuno responderá a nuestra confianza
dándonos la alegría del Señor como fruto de nuestra fe.
La duda engendra tristeza, mas la confianza produce gozo y
contentamiento.
La seguridad expresada por el salmista en
este versículo es una verdadera promesa que se nos ofrece en las
manos de la confianza. ¡Ojalá tuviésemos la gracia necesaria
para apropiárnosla! Si en este momento no estamos gozosos,
ciertamente lo estaremos del mismo modo que el Dios de David
es nuestro Dios.
Meditemos acerca del santo nombre del
Señor para que cada día confiemos más en Él y nuestro gozo sea
más cumplido. Él es santo, justo, verdadero, misericordioso, fiel
e invariable. ¿Un Dios de tal naturaleza no será digno de nuestra
confianza? Es omnisciente, todopoderoso, todo lo ve ¿y no
confiaremos plenamente en Él? Hagámoslo ahora mismo sin
dilación.
Jehová-Gireh proveerá, Jehová-Shalom enviará
paz, Jehová-Tsidkrenu justificará, Jehová-Shamma estará
siempre cerca, y en Jehová-Erissi venceremos a todos nuestros
enemigos. Quienes te conocen confiarán en ti; y quienes en ti
confían se alegrarán, ¡Oh, Señor!
C. H. SPURGEON

jueves, 3 de julio de 2014

Gracia y gloria dará Jehová.

                                               
                                               
                                           Gracia y gloria dará Jehová. Salmos 84:11

No hay cosa que tanto necesitemos como 
la gracia, y ésta se nos ofrece gratuitamente. ¿Hay algo tan gratuito
como un don? En este día recibimos el don de la gracia que
sustenta, corrobora, santifica y sacia. Hasta hoy nos ha dado la
gracia de cada día; por lo que respecta a lo futuro, estemos ciertos
de que no nos faltará. Si la gracia es escasa, la culpa está en
nosotros, porque el Señor no es tacaño, ni tardo para dar en
abundancia. Podemos pedir todo cuanto queramos sin que seamos
rechazados. Da con abundancia y no zahiere.
Tal vez el Señor no nos dé oro, ni bienes
materiales, pero nos dará su gracia; tal vez nos envíe pruebas,
pero nos acompañará con su gracia en proporción de las mismas.
Tal vez sea nuestra vocación trabajar y sufrir, pero indudablemente
obtendremos cuantas gracias nos sean necesarias.
Considerad ahora lo que sigue a esta gracia,
«la gloria». Todavía no necesitamos la gloria, ni somos aptos
para ella; pero se nos dará en tiempo oportuno. Después de haber
comido el pan de la gracia, beberemos el vino de la gloria.
Tenemos que atravesar el lugar santísimo que es la gloria. Estas
palabras «y gloria» son suficientes para inundarnos de alegría.
¡Un poco de tiempo todavía, muy poco, y después la gloria para
siempre!
C. H. Spurgeon

martes, 17 de junio de 2014

El Pacto de Dios




​1. La distancia que media entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las criaturas racionales le deben obediencia como a su creador, sin embargo, ellas no podrán nunca llegar a vida espiritual, si no es por alguna condescendencia voluntaria de parte de Dios, habiéndole placido a éste expresarla por medio de un pacto.1 

1Lc. 17:10; Job 35:7,8 

2. Además, ya que el hombre, por razón de su caída en el pecado, se colocó a sí mismo bajo la maldición de la ley de Dios,2 le plació al Señor hacer un pacto de gracia, según el cual Dios ofrece libremente a los pecadores vida y salvación por Jesucristo,3 exigiéndoles la fe en éste para que puedan ser salvos, y prometiendo dar su Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida eterna, dándoles así voluntad y capacidad para creer.4 

2Gn. 2:17; Gá. 3:10 3Ro. 8:3;Mr. 16:15,16; Jn. 3:16 4 Ez. 36:26,27; Jn. 6:44,45; Sal. 110:3 

3. El pacto de Dios es revelado en el evangelio; en primer lugar a Adán en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer,5 y luego, paso a paso hasta la entera revelación de salvación en el Nuevo Testamento.6 La salvación de los elegidos esta basada en un pacto de redención que fue trazado en la eternidad entre Dios Padre e Hijo,7 y es únicamente a través de la gracia dada en este pacto que todos los descendientes del Adán caído, quienes han sidos salvados, han obtenido vida e inmortalidad bendita, pues los términos de bendición que aplicaban a Adán en su estado de inocencia no son aplicables a su posteridad para hacerles acceptables ante Dios.8 

5Gn. 3:15 6He. 1:1 7 2Ti. 1:9; Tit. 1:2 8He. 11:6,13; Ro. 4:1,2,etc.; Hch. 4:12; Jn.8:56


Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689










jueves, 5 de junio de 2014

Cristo el Mediador




1. Agradó a Dios en su propósito eterno, escoger y ordenar al Señor Jesucristo, su unigénito Hijo, de acuerdo al pacto en el cual habían entrado, para que fuese el mediador entre Dios y el hombre,1 como tal, él es profeta,2 sacerdote 3 y Rey, 4 el Salvador y cabeza de su Iglesia,5 el heredero de todas las cosas,6 y juez mundo;7 desde la eternidad le dió Dios un pueblo para que fuese su simiente y para que a su debido tiempo lo redimiera, llamara, justificara, santificara y glorificara.8; 

1Is.42-1; 1 P. 1:19,20; 2Hch. 3:22 3He. 5:5,6 4 Sal 2:6; 5Ef. 1:22,23 6Hc. 1:2 7Hch. 17:31 8Is. 53:10 Jn. 17:6; Ro. 8:30 

2. El Hijo de Dios, la segunda persona de la Santa Trinidad, siendo verdadero y eterno Dios, la brillantez de la gloria de su Padre, igual y de una sustancia con Él, quien hizo el mundo y mantiene y gobierna todas las cosas que ha hecho, habiendo llegado la plenitud del tiempo, tomó sobre si la naturaleza del hombre con todas sus propiedades esenciales y con sus debilidades comunes,9 mas sin pecado.10 Fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la Virgen Maria, una mujer perteneciente a la tribu de Judá. El Espíritu Santo vino sobre ella y el poder de Dios la cubrió. Y así, según las Escrituras, fue hecho él de una mujer, descendiente de Abraham y David.11 Así que, dos naturalezas perfectas y distintas, se unieron inseparablemente en una persona, 
pero sin conversión, composición o confusión alguna. Esta persona es verdadero Dios y verdadero hombre, Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre.12 

9Jn. 1:14;Gá. 4:4 10 Ro. 8:3; He. 2:14,16,17; He. 4:15 11Mt. 1:22,23; Lc. 1:27,31,35 12Ro. 9:5; lTi.2:5 

3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana unida así a la divina, en la persona del Hijo, fue ungido y santificado cón el Espíritu Santo sobre toda medida,13 y posee todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,14 pues agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,15 a fin de que siendo santo, inocente, inmaculado,16 lleno de gracia y de verdad,17 fuese del todo apto para desempeñar los oficios de mediador y fiador.18 Cristo no tomó por sí mismo estos oficios, sino que fue llamado para ello por su Padre,19 quien puso en él todo juicio y poder, y le autorizó para que desempeñara tales oficios.20 

13 Sal. 45:7; Hch. 10:38; Jn 3:34 14Co1. 2:3 15Col 1:19 16He. 7:26 17Jn. 1:14 18He. 7:22 19He. 5:5 20 Jn. 5:22,27; Mt. 28:18; Hch. 2:36 

4. El Señor Jesús, con la mejor voluntad tomó para si estos oficios,21 y para desempeñarlos, se puso bajo la ley,22 la que cumplió perfectamente. También sufrió el castigo que nos tocaba a nosotros y que debíamos haber sufrido,23 pues él llevó nuestros pecados y fue acusado en nuestro lugar.24 Padeció dolores en su alma más allá de nuestro entendimiento y los más grandes sufrimientos en su cuerpo:25 fue crucificado y murió, y permaneció bajo el poder de la muerte, aun cuando no vio corrupción.26 Al tercer día se levantó de entre los muertos27 con el mismo cuerpo que tenía cuando sufrió,28 con el cual también ascendió al cielo29 donde se sentó a la diestra del Padre. Allí intercede por su pueblo,30 y cuando sea el fin del mundo, volverá para juzgar a los hombres y a los ángeles.31

21Sal. 40:7,8; He. 10:5-10; Jn. 5:18 22Gá. 4:4; Mt. 3:15 23 Gá 3:13; Is. 53:6; 1 P. 3:18 24 2 Co. 5:21 25Mt. 26:37,38;Lc 22:44; Mt. 27:46 26Hch. 13:37 271 

Co. 15:3,4 28Jn. 20:25,27 29Mr.16:19; Hch. 1:9-11 30 Ro 8:34; He. 9:24 31Hch. 10:42;Ro. 14:9,10;Hch. 1:11;2 P. 2:4 

5. El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de sí mismo que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33 

32 He. 9:14; Re. 10:14; Ro. 3:25,26 33 Jn. 17:2; He.9:15 

6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se comunicaban a los escogidos en todas las épocas transcurridas desde el principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por medio de estas cosas, por las cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que quebrantaria la cabeza de la serpiente,34 y como el cordero inmolado desde la fundación del mundo;35 siendo él, el mismo ayer, hoy y por siempre.36 

341 Co. 10:4; He. 4:2; 1 P. 1:10,11 35Ap. 13:8 36He. 13:8 

7. Cristo en su oficio de mediador, obra ; conforme a sus dos naturalezas, haciendo por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas veces en la Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza.37 

37Jn.3:13 Hch. 20:28 38 Jn 6:37; Jn. 10:15,16;Jo. 17:9;Ro. 5:10 39Jn. 17:6;Ef. 1:9;1 Jo. 5:20 40Ro. 8:9,14 41 Sa1. 110:1; 1 Co. 15:25,26 42Jn 3:8;Ef. 1:8 

8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos,38 uniéndoles a él por su Espiritu, revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación, persuadiéndoles eficazmente a creer y a obedecer,39 gobernando el corazón de ellos por su palabra y Espíritu,40 y venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría,41 y de la manera y por los caminos que están más en conformidad con su maravillosa e inescrutable dispensación. Todas estas cosas son hechas en su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de mérito es previsto por él en sus elegidos.42 eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de Dios.32 El ha efectuado la reconciliación y ha comprado un herencia eterna en el reino de los cielos para todos aquellos dados a él por el Padre.33 

9 Cristo, y Solo Cristo puede ser mediador entre Dios y los hombres. El es el profeta, sacerdote y rey de la Iglesia de Dios. Su oficio de mediador no puede ser transferido a ningún Otro, 

10. El triple oficio de Cristo es necesario para nosotros. Por nuestra ignorancia estamos en necesidad de su oficio profético;44 por nuestra separación de 

Dios y la imperfección de nuestros servicios, aun cuando sean lo mejor, necesitamos su oficio sacerdotal para reconciliarnos con Dios y hacernos aceptables a él;45 y debido a que nosotros hemos dado la espalda a Dios y estamos completamente incapacitados para volver a él y también porque necesitamos ser rescatados y asegurados de nuestros adversarios espirituales, necesitamos su oficio como rey para convencer, controlar, atraer, sostener, librar y preservarnos hasta que finalmente entremos en su reino celestial.46 
 
44Jn.1:18  1:21; Gá. 5:17 461n. 16:8; Sal. 110:3; L. 1:74,75

martes, 3 de junio de 2014

Al que venciere daré a comer del árbol de la vida

Al que venciere daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios. Apocalipsis 2:7


Nadie puede volver la espalda en la batalla,
ni negarse a ir a la guerra santa. Si queremos reinar, es forzoso
pelear y proseguir luchando hasta vencer a nuestros enemigos;
de lo contrario, la promesa no es para nosotros, ya que sólo pertenece
«al que venciere». Debemos vencer a los falsos profetas
que se han introducido en el mundo y todos los males que acompañan
sus enseñanzas. Debemos vencer la cobardía de nuestro
corazón y la tendencia a dejar nuestro primer amor. Leed todo
lo que el Espíritu dice a la Iglesia de Éfeso.
Si por gracia obtenemos la victoria, y ésta
la lograremos ciertamente si seguimos a nuestro Capitán victorioso,
seremos admitidos en el mismo centro del paraíso de Dios,
y nos será permitido pasar por delante del querubín con su espada
de fuego y llegaremos al árbol por él guardado, de cuyo
fruto, quien comiere, tendrá vida eterna. De este modo escaparemos
de la muerte, que fue la sentencia lanzada contra el pecado,
y ganaremos la vida eterna, sello de la inocencia, y coronamiento
de principios inmortales de una santidad según Dios.
Ven, alma mía, y esfuérzate. Huir del conflicto significa perder
los goces del nuevo y más excelente Edén. Pelear hasta vencer es
andar con Dios en el Paraíso.       C.H. Spurgeon

miércoles, 28 de mayo de 2014

La verdadera conversión


Él mira sobre los hombres; y el que
dijere: pequé y pervertí lo recto y no
me ha aprovechado, Dios redimirá
su alma, que no pase al sepulcro, y su
vida se verá en luz.
Job 33:27-28

Esta es una palabra de verdad sacada de la
experiencia de un hombre de Dios y que puede ser considerada
como una promesa. Cuanto el Señor ha hecho y está haciendo
continuará llevándolo a cabo hasta tanto que el mundo subsista.
El Señor aceptará a cuantos a Él acudan confesando sinceramente
sus pecados. Dios siempre está atento para descubrir a
todos los que están tristes a causa de sus pecados.
¿No podemos nosotros aplicarnos estas
mismas palabras? ¿No hemos pecado voluntaria y personalmente,
de modo que hemos podido decir con verdad: «He pecado»?
¿No hemos pecado intencionadamente pervirtiendo lo recto?
¿No hemos pecado de suerte que ha sido posible reconocer que
de nada nos ha aprovechado y que sólo nos acarreó la muerte
eterna? Vayamos a Dios con esta confesión sincera. Dios no
nos exige más, pero tampoco nosotros podemos darle menos.
Presentemos su promesa en nombre de Jesús.
Él librará nuestra alma del abismo del infierno, cuya boca
está abierta para tragarnos; Él nos concederá vida y luz. ¿Por
qué desesperar? ¿Por qué dudar? El Señor jamás defrauda a las
almas sencillas. Piensa bien lo que dice. Los culpables pueden
ser perdonados. Quienes merecen la condenación pueden recibir
absolución gratuita. ¡Señor, a ti confesamos nuestros pecados
e imploramos tu perdón! 
C.H. Spurgeon

miércoles, 21 de mayo de 2014

El que espera en Jehová, le rodea la misericordia.


El que espera en Jehová, le rodea la misericordia.Salmos 32:10


¡Qué galardón tan espléndido para el que
confía! ¡Quiera el Señor concedérmelo con abundancia! Quien
en Él confía se confiesa el mayor pecador del mundo, y para él
está preparada la misericordia de Dios. Sabe que ningún mérito
hay en él, mas la misericordia desciende sobre su persona y se le
concede con liberalidad. ¡Señor, concédeme esta gracia, porque
en ti confío!
Considera, alma mía, la defensa que te rodea.
A la manera que un príncipe se halla cercado de soldados,
así lo estás tú de la misericordia de Dios. Delante y detrás de ti,
por todos los lados, puedes contemplar esta numerosa guardia
de la gracia.
Nos encontramos en el centro mismo de la
gracia porque estamos en Cristo Jesús.
¡Oh, alma mía! ¡Qué atmósfera te envuelve!
Del mismo modo que el aire te rodea por todas partes, así te
circunda la misericordia de Dios. Grandes males están reservados
para los malos; en cambio, hay para ti tanta abundancia de
dones, que ni siquiera merecen mencionarse las tribulaciones.
Dice David: «Alegraos en Jehová, y gozaos, justos; y cantad todos
vosotros, los rectos de corazón». Obedeciendo este mandato
mi corazón triunfará en Dios y manifestará su gozo. De la
manera que Tú me has cercado de tu misericordia, así andaré yo
alrededor de tus altares, oh mi Dios, con himnos de gratitud por
tu liberación. C.H. Spurgeon

jueves, 15 de mayo de 2014

Cosas mayores que éstas verás.




Cosas mayores que éstas verás.
Juan 1:50

Estas palabras fueron dirigidas a un creyente
que se hizo como niño y que estaba dispuesto a aceptar a
Jesús como el Hijo de Dios y Rey de Israel con un solo argumento
decisivo. Quienes quieren abrir los ojos, ven. Permanecemos
tristemente ciegos porque nos obstinamos en cerrar los ojos.
Por lo que a nosotros se refiere, hemos visto
muchas cosas; el Señor nos ha revelado misterios inescrutables
por los cuales podemos celebrar su nombre; sin embargo,
en su Palabra se encierran verdades más profundas, experiencias
más hondas y de mayor utilidad, descubrimientos maravillosos
de su amor, de su poder y sabiduría. Todo esto lo veremos
ciertamente si creemos en nuestro Señor. Cosa nociva es
inventar falsas doctrinas, mas el don de discernir la verdad es
una bendición. El cielo se nos abrirá de par en par; el camino que
nos conduce a él en la persona del Hijo del hombre nos será más
fácil, y más evidente la comunión angelical entre el cielo y la
tierra. Fijemos nuestros ojos con mayor atención en las cosas
espirituales y veremos cada vez con mayor claridad cosas más
importantes. No pensemos que nuestras vidas son algo efímero
y sin valor; antes por el contrario, siempre irán creciendo y viendo
cosas de mayor importancia hasta que contemplemos cara a cara
al mismo Dios y no podamos ya perderle de vista.

miércoles, 23 de abril de 2014

El evangelio es poder de Dios para Salvación




Para el hombre natural, incluidos muchos que se denominan "cristianos", hablar de salvación es hablar de solucionar los problemas físicos y materiales. Pero a la luz de las SANTAS ESCRITURAS que son la palabra del Dios creador y autor de la vida; Salvación es reconciliación, perdón de nuestras culpas y la oportunidad que recibimos en CRISTO nuestro Señor, de escapar de la esclavitud del pecado que lleva al hombre a pasar una eternidad sin Dios; Es pues la Salvación a la que se refieren las SANTAS  ESCRITURAS la maravillosa bendición de Dios en la persona de su hijo JESUCRISTO para que un día  que tengamos que partir de este mundo, podamos ver al mismo CREADOR cara a cara por toda la eternidad y disfrutar de ÉL para siempre...

viernes, 11 de abril de 2014

El fuego afina los metales, no los destruye.




Y meteré en el fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y, yo le oiré y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios. Zacarías 13:9

La gracia nos trueca en metal precioso: después vienen como consecuencia natural el horno y el fuego. ¿Nos
espanta esta visión? ¿Preferimos ser estimados sin valor alguno, como las piedras del campo, con tal de gozar de quietud y descanso? Esto sería escoger la parte más despreciable, como hizo Esaú renunciando a la alianza por un plato de comida. ¡No, Señor, antes ser lanzados al horno que arrojados de tu presencia!
El fuego afina los metales, no los destruye. Seremos pasados por el fuego, mas no quedaremos en él. El Señor estima a su pueblo como a la plata; por eso quiere purificarlo de la escoria. Si somos sabios, sabremos apreciar el proceso de la fundición, antes que rehusarlo. Nuestra oración ha de consistir
en pedir, no que seamos sacados del crisol, sino que desaparezca la escoria.
¡Oh, Señor, Tú nos pruebas de verdad! A punto estamos de derretirnos bajo el calor de la llama. Sin embargo, éste es tu camino, y tu camino es el mejor. Sosténnos en la prueba y perfecciona la obra
de nuestra purificación, y tuyos seremos para siempre.

miércoles, 9 de abril de 2014

Porque todas las PROMESAS de Dios son en él Sí, y en él Amén

                                
 No temáis, MANADA PEQUEÑAporque a vuestro Padre le ha placido
 daros el reino.  Lucas 12:32

Así que, amados, puesto que tenemos tales PROMESAS limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.  2 Cor: 7:1
                                                                                                           

sábado, 5 de abril de 2014

viernes, 4 de abril de 2014

EL DECRETO ETERNO DE DIOS ( Seminario )

                                                     La Iglesia Bautista Central de Neiva  



Tiene el gusto de invitarte al seminario    EL DECRETO ETERNO DE DIOS 
 Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó libre e inalterablemente todo lo que sucede. Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor del pecado ni comparte con los pecadores la responsabilidad del pecado, ni hace violencia a la voluntad de  sus criaturas, ni quita la libertad ni contingencia de las causas secundarias sino más bien las establece. En todo esto se manifiesta la sabiduría divina al igual que su poder y fidelidad para efectuar aquello que se ha propuesto.
 Is. 46:10; Ef. 1:11; He. 6:17; Ro. 9:15,18 Stg. 1:13; 1 Jn 1:5  Hch. 4:27,28; Jn. 19:11 Nm. 23:19; Ef 1:3-5 

Aunque Dios sabe todo lo que puede suceder en toda clase de condición o contingencia que se puede suponer, 5 sin embargo, nada decretó porque lo preveía como porvenir o como cosa que sucedería en circunstancias dadas. 
Hch. 15:18,  Ro. 9:11,13,16,18 

Fecha: 30 de Abril y 1 de Mayo de 2014
Hora: 7:30 am empezamos con el desayuno 
Lugar: Iglesia Bautista Central de Neiva
Maestro: Pastor Javier Martinez
Confirmar asistencia para hospedaje y alimentación  (no tiene ningún costo)
Telefonos: 8602997 - 3015037874 - 3132052669


lunes, 31 de marzo de 2014

Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado. Job 22:23



Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado. Job 22:23

Al expresarse así Eliphaz dijo una gran verdad que resumía  muchas verdades de la Palabra de Dios. Lector, ¿has sucumbido al pecado? ¿Te has convertido en una verdadera ruina? ¿De tal manera ha caído sobre ti la mano del Señor, de suerte que te veas empobrecido y sin fuerzas? ¿Acaso no fue tu propia locura la que te acarreó tantos perjuicios? En este caso, lo primero que has de hacer es volverte a tu Señor. Retorna de tu apostasía por medio del arrepentimiento y una fe sincera. Ese es tu deber, porque te has apartado de Aquél a quien prometiste servir. Si posees la verdadera sabiduría, has de comprender que es un desatino luchar contra Él y salir aventajado. Además, es una necesidad urgentisisma  porque todo cuanto Él ha hecho no puede compararse con el castigo que puede enviarte, siendo como es omnipotente para castigar.
He ahí su promesa: «Serás edificado». Sólo el Omnipotente puede levantar las columnas caídas y restaurar
los muros vacilantes de tu ser moral. Y puede hacerlo y seguramente lo hará si tornares a Él. No tardes. Si perseveras en tu rebelión, tu mente acabará por trastornarse del todo. Una confesión sincera te aliviará, y una fe humilde te consolará. Hazlo así, y todo irá bien.

sábado, 29 de marzo de 2014

Y en ningún otro hay salvación

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. – Hechos 4:12 

viernes, 28 de marzo de 2014

¡Señor, golpea la roca, habla a la roca y haz que brote el agua!




Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros pecados que cometisteis. Ezequiel 20:43

Cuando el Señor nos recibe y gozamos de su favor, de su paz y seguridad, nos conduce al arrepentimiento de nuestros pecados y de nuestra mala conducta para con nuestro bondadoso Dios.
 El arrepentimiento es tan valioso que bien podemos calificarlo de diamante de primerísima calidad, el cual bondadosamente es prometido al pueblo de Dios como la consecuencia más santificadora de la salvación. Quien acepta el arrepentimiento, también lo da, y no de su «caja amarga», sino de entre las «hojuelas con miel», con las cuales alimenta a su pueblo. El mejor modo de ablandar un corazón de piedra es poseer el sentimiento de un perdón, comprado con sangre, y de una misericordia inmerecida. ¿Somos duros de corazón? Pensemos en la alianza de su amor y dejaremos el pecado, lo lamentaremos y llegaremos a aborrecerlo; más aún, nos sentiremos confundidos por haber pecado contra el amor infinito de Dios. Acerquémonos a Dios con la promesa de penitencia y pidámosle que nos ayude a recordarla, a arrepentirnos de nuestro pecado y volvernos a Él. ¡Ojalá pudiéramos gozar de la dulcedumbre de una tristeza santa! ¡Cuán aliviados quedaríamos si nos fuera dado derramar torrentes de lágrimas! ¡Señor, golpea la roca, habla a la roca y haz que brote el agua! C.H. Spurgeon

martes, 25 de marzo de 2014

Y él le respondió: ve porque yo estaré contigo.

Y él le respondió: ve porque yo estaré contigo. Éxodo 3:12

Es evidente que si Dios confió a Moisés una comisión, no le dejaría solo. Ante el riesgo que iba a correr y la
fortaleza que le era necesaria para cumplir su cometido, sería ridículo que Dios enviara un pobre hebreo para que se enfrentara con el más poderoso monarca de la tierra y le dejara solo en su empresa. No es concebible que la sabiduría de Dios opusiera un hombre débil como Moisés a Faraón con todo el poderío de Egipto. Por eso dice el Señor: «Yo estaré contigo», para darle a entender que no iba solo.

También conmigo sucederá lo mismo. Si Dios me confía una misión, confiando plenamente en su poder
y buscando únicamente su gloria, tendré la seguridad de que Él estará conmigo. Por el mero hecho de enviarme, está obligado a favorecerme. ¿No es esto suficiente? ¿Qué más puedo desear?
Aun contando con el poder de sus ángeles y arcángeles, podría sucumbir en la demanda, mas si Él está conmigo, ciertamente saldré victorioso. Lo único que se me exige es que yo obre en consecuencia con esta promesa, que no emprenda el camino con timidez, desanimado, negligente o henchido de orgullo. ¡Tal es
la conducta que debe observar una persona que tiene a Dios en su compañía! Así amparado, debo caminar con valentía y, como Moisés, presentarme sin temor delante de Faraón.  C. H. SPURGEON

jueves, 20 de marzo de 2014

Que mi vida entera esté consagrada a ti Señor

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Cor. 6:20


jueves, 13 de marzo de 2014

La libertad cristiana

La libertad cristiana
​La libertad cristiana es un apéndice a la justificación. Algunas personas, bajo el pretexto de esta libertad, pierden toda obediencia a Dios y buscan indulgencia para sus  escandalosos deseos. Algunos la desprecian, diciendo que es subversiva de toda moderación, orden y distinción moral. Pero, a menos que la libertad cristiana pueda ser comprendida, no puede haber un recto conocimiento de Cristo, ni de la verdad evangélica o de la paz interna de la mente.
​¿Como encajar el tema de la libertad cristiana?. Calvino da una exposición de libertad cristiana en el Libro II, capítulo 19. La libertad cristiana significa, en resumen, «obediencia solamente en el Señor».

La libertad cristiana tiene tres partes. La primera es que las conciencias de los creyentes deben estar basadas en la ley de Dios. … La totalidad de la vida cristiana tiene que ser un ejercicio de piedad porque los cristianos son llamados a la santificación,…

La segunda parte de la libertad cristiana es que las conciencias de los creyentes no observan la ley, como estando bajo cualquier obligación legal, sino que rinden una voluntaria obediencia a la voluntad de Dios. El precepto de la Ley es el amor a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con todas las fuerzas; por tanto, nuestros corazones tienen que estar liberados de todos los deseos, nuestras almas apartadas de todas otras percepciones y pensamientos y nuestras fuerzas concentradas sobre este único punto. La Ley demanda un perfecto amor y condena toda imperfección que es la marca de todos nuestros pensamientos y acciones. Todas nuestras acciones están sujetas a la maldición de la Ley. Pero si los creyentes oyen a Dios que nos llama de forma paternal, entonces responderán a Su llamada y seguirán Su guía con alegría y prontitud. Como hijos que son tratados por sus padres de una manera más libre y no vacilan en presentarles sus acciones imperfectas y con fallos, así los creyentes serán aprobados por nuestro más indulgente Padre.

La tercera parte de la libertad cristiana nos enseña que no estamos ligados ante Dios por ninguna obligación que respecte a cosas externas o indiferentes, las cuales podemos usar u omitir. El conocimiento de esto es muy necesario para nosotros, sin él no tendremos tranquilidad de conciencia; pero tenemos que observar cuidadosamente que la libertad cristiana es, en todos sus aspectos, una cosa espiritual. Toda su virtud consiste en aplacar las conciencias aterrorizadas ante Dios. Las conciencias están inquietas y solícitas concernientes a la remisión de sus pecados; están ansiosas por conocer si sus acciones, imperfectas y contaminadas, son aceptables a Dios o están atormentadas con respecto al uso de las cosas indiferentes.

En el uso de nuestra libertad cristiana no tenemos ni que dar ni tomar ofensa. Necesitamos en todas las ocasiones estudiar la caridad y conservar a la vista la edificación de nuestro prójimo. «Todas las cosas son licitas para mí; pero todas las cosas no edifican. Que nadie busque lo suyo propio, sino lo de los otros», dice el Apóstol San Pablo. Pero el evitar las ofensas es aplicable sólo a las cosas indiferentes y sin importancia. Los deberes necesarios no pueden ser omitidos por el temor a cualquier ofensa; pues como nuestra libertad ha de estar sujeta a la caridad, así la caridad debe estar subordinada a la pureza de la fe. No debemos ofender a Dios por amor a nuestro prójimo; nunca debemos apartarnos de las ordenanzas de Dios, no tenemos libertad de desviarnos ni lo ancho de un cabello de Sus mandatos y es ilegal el intentar, bajo cualquier pretexto, cualquier cosa que Dios no permita.

Las conciencias de los creyentes tienen, en consecuencia, el privilegio de haber sido liberadas por el favor de Cristo de todas las obligaciones necesarias acerca de todas aquellas cosas que al Señor le ha placido dejarlas libres. De aquí concluimos que están exentas en cuanto a ellas de toda autoridad humana. La muerte de Cristo se haría vana si nuestras almas sufren por estar sujetas a los hombres. Pero esto no quiere decir que destruyamos y hagamos subversión de toda obediencia a los hombres.

Extracto del libro "Calvino profeta contemporáneo".  Aticulo de J. CHR. COETZÉE

martes, 11 de febrero de 2014

La santificación

 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;  como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;  sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.1 P:1:13-16 Aquellos que son unidos a Cristo, llamados eficazmente y regenerados, teniendo un nuevo corazón y un nuevo espíritu, creados en ellos en virtud de la  muerte y la resurrección de Cristo,' son aún más santificados de un modo real y personal, mediante la misma virtud, por su Palabra y Espíritu que mora en ellos;  el dominio del cuerpo entero del pecado es destruido, y las diversas concupiscencias del mismo son debilitadas y mortificadas más y más, y ellos  son más y más vivificados y fortalecidos en todas las virtudes salvadoras, para la práctica de toda verdadera santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 


 Esta santificación se efectúa en todo el hombre, aunque es incompleta en esta vida; todavía quedan algunos remanentes de corrupción en todas partes,' de donde surge una continua e irreconciliable guerra: la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne. 

  En dicha guerra, aunque la corrupción que aún queda prevalezca mucho por algún tiempo,' la parte regenerada triunfa a través de la continua provisión  de fuerzas por parte del Espíritu santificador de Cristo; y así los santos crecen en la gracia, perfeccionando la santidad en el temor de Dios, prosiguiendo  una vida celestial, en obediencia evangélica a todos los mandatos que Cristo, como Cabeza y Rey, les ha prescrito en su Palabra.

jueves, 6 de febrero de 2014

La adopción




 A todos aquellos que son justificados,' Dios se dignó, en su único Hijo Jesucristo y por amor de éste, hacerles partícipes de la gracia de la adopción,  por la cual son incluidos en el numero de los hijos de Dios y gozan de sus libertades y privilegios, tienen su nombre escrito sobre ellos, reciben el espíritu  de adopción, tienen acceso al trono de la gracia con confianza, se les capacita para clamar: "Abba, Padre,"' se les compadece, protege, provee y corrige  como por un Padre, pero nunca se les desecha, sino que son sellados para el día de la redención,  y heredaran las promesas como herederos de la salvación eterna.  según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado. Ef. 1:14-16.