miércoles, 10 de junio de 2015

Gracia y gloria dará Jehová.



No hay cosa que tanto necesitemos como
la gracia, y ésta se nos ofrece gratuitamente. ¿Hay algo tan gratuito
como un don? En este día recibimos el don de la gracia que
sustenta, corrobora, santifica y sacia. Hasta hoy nos ha dado la
gracia de cada día; por lo que respecta a lo futuro, estemos ciertos
de que no nos faltará. Si la gracia es escasa, la culpa está en
nosotros, porque el Señor no es tacaño, ni tardo para dar en
abundancia. Podemos pedir todo cuanto queramos sin que seamos
rechazados. Da con abundancia y no con reproche.
Tal vez el Señor no nos dé oro, ni bienes
materiales, pero nos dará su gracia; tal vez nos envíe pruebas,
pero nos acompañará con su gracia en proporción de las mismas.
Tal vez sea nuestra vocación trabajar y sufrir, pero indudablemente
obtendremos cuantas gracias nos sean necesarias.
Considerad ahora lo que sigue a esta gracia,
«la gloria». Todavía no necesitamos la gloria, ni somos aptos
para ella; pero se nos dará en tiempo oportuno. Después de haber
comido el pan de la gracia, beberemos el vino de la gloria.
Tenemos que atravesar el lugar santísimo que es la gloria. Estas
palabras «y gloria» son suficientes para inundarnos de alegría.
¡Un poco de tiempo todavía, muy poco, y después la gloria para
siempre!
C.H. Spurgeon