martes, 7 de enero de 2014

AL QUE VENCIERE DARÉ A COMER DEL ÁRBOL DE LA VIDA



Al que venciere daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios. Apocalipsis 2:7
Nadie puede volver la espalda en la batalla, ni negarse a ir a la guerra santa. Si queremos reinar, es forzoso
pelear y proseguir luchando hasta vencer a nuestros enemigos; de lo contrario, la promesa no es para nosotros, ya que sólo pertenece «al que venciere». Debemos vencer a los falsos profetas que se han introducido en el mundo y todos los males que acompañan sus enseñanzas. Debemos vencer la cobardía de nuestro corazón y la tendencia a dejar nuestro primer amor. Leed todo lo que el Espíritu dice a la Iglesia de Éfeso. Si por gracia obtenemos la victoria, y ésta la lograremos ciertamente si seguimos a nuestro Capitán victorioso, seremos admitidos en el mismo centro del paraíso de Dios, y nos será permitido pasar por delante del querubín con su espada de fuego y llegaremos al árbol por él guardado, de cuyo fruto, quien comiere, tendrá vida eterna. De este modo escaparemos de la muerte, que fue la sentencia lanzada contra el pecado, y ganaremos la vida eterna, sello de la inocencia, y coronamiento de principios inmortales de una santidad según Dios. Ven, alma mía, y esfuérzate. Huir del conflicto significa perder los goces del nuevo y más excelente Edén. Pelear hasta vencer es andar con Dios en el Paraíso. C. H. SPURGEON

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